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Mostrando las entradas de mayo, 2019

HEMINGWAY DESCONOCIDO

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Mucho tiempo después, y muchas crónicas publicadas en distintas revistas y periódicos, pude cerrar el círculo y publicar un libro que me tomó siete largos años de investigación. Son cuatro crónicas periodísticas en torno a la vida del escritor Ernest Hemingway, que no se conocen y que no está registradas en las biografías que se han escrito sobre él. Me preguntaba si ya no se había escrito todo sobre este gran escritor, sin embargo, una de las cosas más apasionantes del periodismo y del género de la crónica,es que siempre habrán historias que contar. Así es como nace el libro "Hemingway desconocido" que acabo de publicar bajo el sello editorial Debate de Penguin Random House y que se presentará en la Feria del Libro de este año. El libro contiene la crónica corregida de Hemingway en el Perú, el fantasma de Hemingway en la casa de Finca Vigía en Cuba, la amante cubana y finalmente, la correspondencia íntima entre el escritor y la actriz alemana Marlene Dietrich.

LA CRÓNICA PERIODÍSTICA

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El haber trabajado en distintos diarios y tener la oportunidad de viajar para aprender de las experiencias en otros países de cómo se trabaja en nuestra profesión, me ha permitido ampliar mi visión del periodismo; y así es como desarrollé mi pasión por el género de la crónica periodística, donde es posible investigar acerca de un tema para contar una historia y porque también es una forma de hacer literatura. Por mi admiración por la obra del escritor norteamericano Ernest Hemingway, decidí reconstruir la historia de su visita al Perú en 1956, cuando visitó Cabo Blanco junto a un equipo de filmación de la Warner, para grabar las escenas de pesca del merlín que serviría para la película basada en su exitosa novela "El viejo y el mar". Aquellos 36 días de Hemingway en Tumbes, sirvieron para contar una historia fascinante, que se publicó en la revista Gatopardo de Colombia.

EL PAÍS DE ESPAÑA

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Muchos años después, tuve la oportunidad de realizar un stach en el diario El País de España, para trabajar por tres meses, en el área de suplementos y productos alternativos, que empezaban a convertirse en un valor agregado para incrementar la venta de los periódicos. Aquella experiencia fue enriquecedora porque pude ver cómo se trabajaban los suplementos, revistas y coleccionables que producía el Grupo Prisa para el periódico y pude volcar en mi trabajo en los distintos diarios donde trabajé. Antes de volver al país, visité distintos periódicos, como El Mundo, ABC, y La Vanguardia en Barcelona. El periodismo empezaba a cambiar en sus contenidos y empezaba el boom de los llamados alternativos y fascículos coleccionables, que se producían en las áreas de suplementos de los diarios peruanos, con mucho éxito, lo que permitió elevar los tirajes considerablemente.

EL DIARIO CORREO

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Atrapado por el periodismo diario y haber convivido brevemente con los viejos periodistas de Expreso que me contaron increíbles anécdotas e historias que eran parte de su vida diaria, es así como tomé la decisión de dedicarme al periodismo; y para ello ingresé a estudiar en lo que antes fue el Instituto Superior de Periodismo Jaime Bausate y Meza, que funcionaba en el viejo local de la Asociación Nacional de Periodistas del Perú, en el centro de Lima. Paralelamente y gracias a mis habilidades para el dibujo, empecé a trabajar como caricaturista político en el diario Correo; lo que me permitió conocer de cerca cómo funcionaba un periódico y a la vez, practicar mi redacción en el área de suplementos; un género que me atrapó y marcó mi carrera. Por muchos años desarrollé mi trabajo como caricaturista y escribiendo para los suplementos del diario.

LA REDACCIÓN

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Descubrí mi pasión por el periodismo el día que entré a la redacción de un periódico, yo acababa de llegar de Arequipa y había dejado atrás mis estudios de Biología. Apenas llegué a la capital fui a visitar a unos amigos dibujantes que trabajaban en el suplemento "Estampa" del diario Expreso y cuando me hicieron un recorrido por el periódico, vi por primera vez una sala de redacción. Lo que vi fue algo así como esto: Un grupo de personajes que escribían en unas viejas máquinas de escribir, en un ambiente nublado por el humo de los cigarrillos, el sonido del golpetear de las teclas y las risotadas de algunos de ellos. Aquel era un lugar fascinante. Estoy seguro que ese era el lugar donde yo quería estar.